La Primera Comunión, es un sacramento importante en la vida de todo niño o niña. En ella, reciben por primera vez, el sacramento de la Eucaristía transformado en pan y vino, símbolos que remiten al cuerpo y la sangre de Cristo.
Como la palabra lo indica, es una instancia de participación común, que reúne a las familias, amigos y personas, para celebrar esta unión entre el hombre y Dios.
El sábado 15 de abril, junto a nuestros queridos y queridas estudiantes y sus familias, nos encontramos para vivir este momento significativo: La Primera Comunión de veinte estudiantes y un apoderado.
Después de culminar la preparación tanto de estudiantes como de sus padres, se vivió una emotiva y significativa instancia de encuentro con Dios en la Eucaristía.
Los catequistas a cargo del grupo en formación tomaron el desafío de encaminar a las familias durante el tiempo de pandemia. Entregando en cada encuentro, la motivación, la palabra y el esmero, para que todos los que se estaban preparando pudiesen aprender y conocer aun más de la vida y obra de Jesús y María.
En este caminar de la Catequesis familiar, nuestros estudiantes y sus familias fueron fortaleciendo su fe y poniendo en la práctica cotidiana gestos simples, que les ayudaran a vivir lo que es ser un mejor cristiano. Fortaleciendo en sus vidas el amor de Dios, por sobre todas las cosas.
Junto a la compañía del Padre Jesús, cada encuentro tuvo una mirada más certera y clara acerca de la historia y de los testimonios de la palabra de Dios. Dándole un sentido más global y cercano a nuestra realidad. Poniendo atención a los medios que muchas veces hacen decaer la fe y el impacto que hoy en día tiene para las futuras generaciones el cuidado de la casa común.
Durante la Eucaristía, los apoderados dedicaron unas palabras a todos los que formaron parte de encaminar la catequesis familiar destacando la responsabilidad que ellos como padres tienen ahora, para con sus hijos e hijas después de recibir dicho sacramento.
Finalmente, destacar la participación de cada encuentro hasta culminar este primer andar junto a las familias, proyectando a nuestros estudiantes como cristianos que fortalecerán cada día su fe, de la mano de Jesús y la Virgen María.
“Dejemos huellas en la vida de los demás que recuerden que Dios está siempre, por sobre todas las cosas”
Jonathan Vidal / Profesor CNSMC, Melipilla